Joaquim Uriach fue el protagonista del último #DinarExperiènciaAIJEC, celebrado el miércoles 12 de noviembre, un encuentro que reunió a más de 50 socios de AIJEC y que permitió a los jóvenes empresarios conocer de cerca la trayectoria de casi dos siglos de una de las compañías familiares más longevas y admiradas.
Uriach, fundada en 1838, ha evolucionado desde una pequeña droguería en el Born —donde el tatarabuelo de Joaquín vendía raíces y plantas medicinales— hasta convertirse en un grupo internacional líder en salud natural y número 1 en Europa en productos OTC (medicamentos sin receta). Todo ello gracias a un recorrido marcado por el arraigo, la visión a largo plazo y la capacidad de adaptación de seis generaciones.
Durante el almuerzo, Joaquim Uriach —miembro de la quinta generación, expresidente del Grupo Uriach y figura destacada en el ámbito empresarial, cultural y educativo— explicó cómo cada generación ha dejado huella. Su padre, farmacéutico, ya apostó en 1958 por la investigación y el desarrollo para dar «sentido» al proyecto. La generación de Joaquín impulsó el foco estratégico, la profesionalización y la internacionalización, así como el giro hacia los productos naturales OTC, que hoy son el principal motor del grupo.
Uno de los aspectos clave que destacó fue el modelo de gobernanza adoptado a partir de los años 2000: profesionalizar el Consejo de Administración incorporando perfiles independientes y desvincular la figura del CEO de la familia. Una decisión poco frecuente entonces que reforzó la solidez y competitividad internacional de la empresa.
Sobre la sexta generación —formada por 12 miembros entre hijos y sobrinos—, Joaquim explicó que ninguno trabaja actualmente en la gestión de Uriach. No por distancia, sino por criterio: «Las empresas familiares no deben ser un sofá donde acomodarse, sino un trampolín. Cada uno debe construir su camino para que, cuando toque, pueda aportar con responsabilidad y mirada propia». Ser accionista, remarcó, es un compromiso, no un privilegio.
A lo largo del almuerzo, compartió también los aprendizajes que más repite en sus asesoramientos a empresas familiares. No existen fórmulas mágicas, pero sí dos pilares esenciales: comunicación asertiva y respeto. Y, por encima de todo, hacer las cosas con sentido. «Si sólo piensas en ganar dinero, te equivocas de ruta. Las cosas deben hacerse con pasión y dedicación», aseguró.
El encuentro evidenció que la longevidad de Uriach no es fruto de la casualidad, sino de una combinación de visión, coherencia y una cultura empresarial capaz de evolucionar sin perder su esencia.